Kiss y Cromagnon
 

Kiss y Cromañón, similitudes de tragedias anunciadas

Aún con la piel erizada por el recuerdo de la fatal noche de Cromañón, el pasado domingo 27 de enero nuestros hermanos brasileros fueron víctimas de una tragedia similar.  

En mi caso, habiéndome desempeñado como integrante de la Sala Juzgadora en el Juicio Político al ex Jefe de Gobierno Dr. Aníbal lbarra en el año 2005, me duele y me cuesta creer que la enseñanza de Cromañón no haya cruzado la frontera.

Esta vez, la tragedia tuvo lugar en la discoteca Kiss, situada en el centro de Santa María, ciudad del Estado Río Grade do Sul.  Se trató de un incendio que dejó más de 230 jóvenes como víctimas fatales y la causa sería un elemento pirotécnico, utilizado por la banda de música que ofrecía un show en vivo, que habría alcanzado el techo del local.

Ocho años atrás, la noche del 30 de diciembre de 2004 la tragedia se llamó República Cromañón.  Fue producto de un incendio que comenzó durante un recital de la banda de rock Callejeros provocando 194 muertos y más de 1400 heridos. ¿El origen del incendio? Una bengala arrojada al techo por un espectador.  ¿Las causas? Una cadena de errores y faltas inaceptables.

Repasando ambas tragedias, la comparación es inevitable y las irregularidades en el funcionamiento son evidentes.

Menos puertas de salida que las requeridas. En el caso de Kiss, la única existente era la principal (entrada), y ésta era de medida reducida.  Además, los patovicas en un principio evitaron la salida de jóvenes por pensar que querían irse sin pagar.  En el caso de Cromañón, la salida de emergencia se encontraba cerrada.

Ausencia de rociadores automáticos y matafuegos despresurizados.  Ninguna de las dos discotecas contaban con rociadores (no exigible según la normativa a la fecha del accidente pero aconsejable por expertos) y muchos de los matafuegos colocados, se encontraban despresurizados.  En el caso brasilero, un integrante de la banda intentó rápidamente usar un matafuego y éste no funcionaba.

Inflamabilidad del revestimiento del techo.  Para evitar la propagación de fuertes ruidos, ambas discotecas poseían un revestimiento acústico de espuma de poliuretano altamente inflamable.  En ningún caso contaban con un aislamiento ignífugo.

Uso de pirotecnia en el local.  En el caso de Kiss, inexplicablemente, la banda montó un show de pirotecnia en el escenario, cuyas llamas alcanzaron al techo del local.  En Cromañón, no se controló efectivamente el ingreso, permitiendo que espectadores ingresaran con elementos de pirotecnia.  Una bengala arrojada por una persona del público fue la que originó el incendio.

Capacidad del local.  Para Cromañón este hecho fue uno de los más terribles, siendo la concurrencia de la noche de la tragedia, más del triple de lo habilitado.  En el caso de Kiss, aún se encuentra en etapa de averiguación, la cantidad de personas que asistieron esa noche.

Habilitaciones y/o certificados vencidos.  La discoteca Kiss poseía su licencia de funcionamiento vencida desde agosto.  Una vez más, se repetía el caso Cromañón, en donde la Certificación de Bomberos había vencido meses antes de ocurrida la tragedia.

Falta de control.  Es vergonzoso y desconsolador el hecho que los órganos de fiscalización y control no hayan detectado (voluntariamente o no) las irregularidades mencionadas, permitiendo el normal funcionamiento de locales que de ninguna manera estaban en condiciones de recibir afluencia masiva de público.

La importancia de la presencia del estado. 

En el caso de la tragedia de Kiss, al igual que Cromañón, la primera medida tomada, casi como un acto reflejo fue la inspección de todos los locales de baile y clausura de aquellos que no cumplían con los requisitos de habilitación.  El caso brasilero aún es muy reciente y habrá que esperar para un mayor análisis; pero ya pasados muchos años de nuestra tragedia podemos dar cuenta de los hechos.

En cuanto al funcionamiento de locales de baile, aquí se emitieron dos decretos de necesidad y urgencia (DNU 01/05, DNU 02/05) que impusieron mayores requisitos en relación a la capacidad permitida, horario de funcionamiento, condiciones de prevención contra incendios, horario de funcionamiento, etc. Asimismo se obligó a todos los locales de baile a inscribirse en un Registro Público de Locales de Baile.

Debido al colapso y fallas en el sistema de evacuación y emergencias de la noche de Cromañón; años más tarde, se delineó un protocolo conjunto y coordinado de actuación en caso de catástrofes entre los gobiernos nacional y porteño.  Ese documento también vincula los planes de emergencia particulares que ya tenían los bomberos y la Policía Federal (Estado nacional) y los del SAME y de Defensa Civil (Gobierno porteño) para evitar así superposición de tareas o desinteligencias en el momento de ponerlos en práctica. 

Sumado a lo anterior, la actual gestión porteña inauguró en el año 2011 un nuevo Centro Unico de Coordinación de Emergencias de la Ciudad (CUCC) a cargo del Subsecretario de Emergencias, Dr. Néstor Nicolás.  El CUCC brinda una respuesta rápida e integrada de todos los organismos ante cualquier tipo de siniestro, catástrofe, inundaciones, emergencias sanitarias, etc; logrando  un alto nivel de coordinación de todas las fuerzas de Defensa Civil, de Logística, de Policía y del SAME. Prueba de dichos cambios, y no por obra de la casualidad, fue el notable y eficiente desempeño del nuevo sistema de emergencias ante la tragedia ferroviaria de Once.

Si bien estas medidas fueron positivas y mejoraron el estado de las cosas, una revisión integral de los Códigos de Habilitaciones, de Edificación y de Planificación Urbana se hizo evidente ante la necesidad de la adecuación de muchos artículos, ante la falta de homogeneidad en los rubros, planificación urbana caduca, etc.

Habiendo pasado ya un tiempo, sigo convencido de la necesidad de un nuevo Código de Habilitaciones, que contenga normativa clara, integral y en línea con la realidad actual. Debemos desarrollar un código que sirva de manual informativo de la gente de negocios y material de consulta de todos los ciudadanos porteños.

Se ha progresado pero los esfuerzos no han sido suficientes. Vayamos por más y no permitamos que las tragedias se anuncien en nuestra cara.

Dr. Roberto Destéfano
Comité de Seguimiento de Seguridad Pública de la C.A.B.A.

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